martes, 8 de noviembre de 2016

Revelaciones de ayaguasca

Anoche como todas las noches a eso de las 22:30 me fui a la cama. Se acerca navidad y una de mis principales ilusiones es comprar un jamón del Carrefour, está de oferta y por cien euros tienes un ibérico de cebo que es de levantar la chapela.
A las 22:31 agarré mi libro de Dostoiesky, que para mi es una biblia, y me dispuse a leer hasta que me entró el sueñecico. No había leído cinco páginas y me di cuenta de que hacía tres que no me enteraba de lo que ponía el texto.
Me levanté y me dispuse a oir un rato "Cuando los elefantes sueñan con la música". Hablaban de Joe Pass; su música me traslado al medio letargo y por fin me decidí a pasar de día en mi pijama de franela.
Era una noche invernal, la lluvia y el granizo golpeaban los cristales lo cual no impidió que cayerá en un profundo e ineluctable sueño.
Pasaron las horas pero en mitad de la noche oí un tremendo estruendo. Me levanté sobresaltado. No sabía que pasaba, casi no podía controlar la respiración, estaba empapado de sudor.
Una luz tenue inundaba la habitación, un olor dulzón casi imperceptible me recordaba a momentos de mi infancia. Lo que ocurrió después no me acuerdo, un fogonazo y el despertar a las ocho de la mañana como es habitual. No sé ni como ni porqué una idea se instaló en mi cabeza, sólo una. Empecé a ser consciente del sufrimiento animal. Los veía en mi mente sufrir cuando nacen, cuando los engordan y cuando los sacrifican...
Ahora creo que soy vegano y tengo un jamonero y no sé que hacer con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario