Las tres décadas que separan las dos
grandes matanzas de nativos en Estados Unidos fueron decisivas para el
genocidio de los indios americanos por parte del gobierno. Las oleadas de
emigrantes europeos supusieron el detonante del exterminio indiscriminado. Dicho
exterminio se puede entender desde la necesidad de obtener la riqueza de una
comunidad a través del expolio; una comunidad asentada en un territorio rico en
recursos naturales y minerales y que entra en conflicto directo con los colonos
recién llegados del otro lado del
atlántico. Lo más curioso es que este choque se produce entre comunidades de
parecido nivel cultural e incluso el colono, en muchos de los casos, poseía un
nivel cultural menor al indio. Sin embargo, la justificación esgrimida por la historia
contemporánea nos presenta una partida de salvajes a caballo, sanguinarios y
sin cultura; nada más lejos de la realidad escrita por el blanco. No podemos
pensar que un colono de la época era un ser con un pensamiento más evolucionado
que un nativo americano, no tiene lógica. Es el gobierno estadounidense el que promociona
y defiende este robo y exterminio ya que el indio no entra en su sistema, no se
necesitan, ni siquiera lo considera ciudadano y por lo tanto son negados como
personas. Es aparte de genocidio una auténtica depredación cultural. Utilizando
y creando leyes, tratados y cambalaches
jurídicos se les va despojando de su tierra, su cultura y su vida, un modelo
que continúa hoy en día en muchos países de los cinco continentes. Antes de los
nativos norteamericanos estuvieron los sudamericanos, el genocidio continúa a través
del modelo creado en connivencia con el sistema. Algunos historiadores lo
consideran "procesos coloniales contemporáneos" pero no se dan cuenta
que de contemporáneos no tienen nada. Ayer charlando con mi amigo Alfredo
determinaba que la historia es una gran mentira, prevalece lo que queda escrito
y en la mayoría de los casos es una sarta de mentiras, una fábula incandescente
en la cual se justifican políticas genocidas actuales.
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